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Etapa 6. Villafranca del Bierzo - O Cebreiro (27,2 Km.) |
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14-04-2008. Lunes. A pesar de que la noche ha sido fría y el albergue no tenía calefacción hemos descansado bien. Tras desayunar, salimos y observamos con sorpresa que por fin el cielo está despejado y brilla el sol.
Amanece y los primeros rayos de sol despuntan entre las montañas que rodean Villafranca, regalándonos una bonita imagen mientras dejamos atrás éste lugar. |
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Amanecer en Villafranca |
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Tomamos la antigua carretera N-VI, la cuál no soporta mucho tráfico desde la construcción de la autovía A-6 que la sustituye. A lo largo de ésta carretera se ha habilitado junto al arcén izquierdo un pequeño carril para los caminantes.
Continuamos cómodamente junto a ésta vía y tras pasar por Pereje y Trabadelo, llegamos a la Portela de Valcarce. Aquí paramos a descansar en una zona de hostales y restaurantes que hay junto a la carretera. Almorzamos algo y compramos unos bocadillos para comer más adelante. |
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Mientras tanto, un caminante francés que habla bastante bien español y dice ser estudioso de la medicina natural, se presta para masajear mi resentida rodilla. Tras pasar la Portela abandonamos la carretera nacional para tomar ahora una comarcal que pasa por Ambasmestas, Vega de Valcarce, Ruitelán y las Herrerías. Es en éste último pueblo dónde paramos a comer sentados al sol en un banco. |
Las Herrerías |
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Repuestas las fuerzas, afrontamos ahora el tramo más duro de todo el Camino. Tras un fortísimo y caluroso ascenso de unos 3 Km. llegamos a la Faba, dónde hay albergue y algunos caminantes deciden quedarse para partir en dos el duro ascenso a O Cebreiro. Nosotros continuamos subiendo hasta pasar por La Laguna, último pueblo de la comunidad de Castilla y Léon. |
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Poco a poco vamos subiendo a lo más alto de la sierra de Ancares y se nos abre una impresionante panorámica de la meseta castellana que hemos dejado atrás y de los Montes de León que aún conservan la nieve que nos azotó cuando los cruzamos. Con la mirada perdida en el infinito horizonte reflexionamos sobre el camino ya recorrido y nos embarga un mar de sensaciones difídiles de explicar con palabras. Damos media vuelta y continuamos, pues adelante nos esperan nuevas sensaciones y nuevos lugares por descubrir. |
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Cambio de comunidad |
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El camino sigue subiendo hasta que de pronto aparece O Cebreiro con sus centenarias pallozas esperándonos tranquilas.
Nos alojamos en el albergue municipal, muy grande y cuidado. Apenas nos queda tiempo nada más que para una ducha y la cena. Pronto nos acostamos, pues hoy nos llevó más de 10 horas completar la dura jornada. |
O Cebreiro ya está cerca |
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