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Etapa 7. O Cebreiro - Samos (29,5 Km.) |
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15-04-08. Martes. Salimos de la pequeña aldea de O Cebreiro tras desayunar en un bar próximo al albergue. Acaba de amanecer y la mañana está muy fría. Comenzamos descendiendo por carretera hasta pasar por Liñares y Hospital de la Condesa. Poco después abandonamos la carretera para tomar un camino que tras una corta pero durísima subida nos deja en el Alto do Poio, dónde hacemos un pequeño descanso en un bar que hay nada más subir. |
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Amanecer en O Cebreiro |
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Ahora el camino es un tranquilo paseo por una vereda paralela a la carretera que nos lleva a pasar por Fonfría y Viduedo.
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A partir de aquí comienza una fuerte bajada hasta Triacastela que ofrece unas bonitas y panorámicas vistas de los prados gallegos. En Triacastela paramos a comer y continuamos ahora a la vera de la carretera LU-634 hasta San Cristobo y Renche. En éste tramo, debido a que la temperatura es agradable aprovechamos para refrescarnos los pies en un pequeño río. |
Refresco de pies |
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A partir de Renche el Camino nos adentra por sendas entre bonitos bosques hasta que casi por sorpresa aparece ante nosotros el espectacular Monasterio de Samos.
Este último tramo aunque bonito se nos hace muy largo y pesado. Curiosamente es algo en lo que coincidimos con la mayoría de los peregrinos. |
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Al llegar a Samos nos llevamos una desagradable sorpresa. El albergue ocupa sólo una pequeña parte del monasterio, y no tiene calefacción, pero ésto no importa. Lo peor es que el agua caliente se había acabado y tendríamos que esperar a que el termo volviera a llenarse y calentarse. Algo a lo que no estábamos dispuestos después de casi 30 Km. de caminata en una dura jornada de 9 horas. Así pues decidimos dormir en un hostal que hay frente al albergue. |
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Llegando a Samos |
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Cenamos sentados en la calle, pues el tiempo es estupendo. Nos acompaña un gallego de Burela con el que charlamos mientras cenamos. También conocimos a otro gallego de Finisterre que viene haciendo la Ruta de la Plata. Había bajado a Sevilla desde Galicia a lo largo de todo Portugal. Llevaba 3 meses de camino, ¡increíble!. Va acompañado de un perro y su mochila que pesa, atención... ¡20 kilos!, a pesar de su metro y medio de estatura. Va ceñido dentro de un traje militar de camuflaje. Desde ese día lo bautizaríamos como "Rambo". |
Monasterio de Samos |
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